Mujeres arriba by Nancy Friday

Mujeres arriba by Nancy Friday

autor:Nancy Friday [Friday, Nancy]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Sexualidad
editor: ePubLibre
publicado: 1991-01-01T05:00:00+00:00


«¿SOY GAY?»

Freud fue el primero en documentar la sexualidad de la infancia más temprana, los años edípicos que van más o menos desde los cuatro a los siete. Y por este «descubrimiento», los miembros de su profesión prácticamente le condenaron al ostracismo. Antes de Freud se daba por sentado que no había impulsos sexuales hasta la pubertad. Nadie quería pensar que los niños de cuatro años tuvieran sensaciones sexuales; mucha gente se resiste aun hoy a la idea, sobre todo cuando se trata de sus propios hijos, que necesitan encarecidamente el reconocimiento paternal de lo que están atravesando.

Como muchas de las mujeres de este capítulo, una de las que me escribió recuerda muy vívidamente su primer encuentro sexual, a la edad de siete años, con su prima, y luego otro con otra chica, a los trece años. «Supongo que mis fantasías presentes han surgido de aquellas tempranas experiencias sexuales», dice. Aunque siente «repugnancia ante la idea de tocar sexualmente, en realidad, a una mujer… fantaseo continuamente sobre ello».

Estos recuerdos de temprana exploración sexual con otra niña son la semilla de la que nacen las fantasías eróticas del presente. Estas aventuras son muy usuales en los sueños de las niñas, pero suelen ser olvidadas o reprimidas. Sin embargo, para muchas de las mujeres de este capítulo, el incidente permanece como un importante indicio de su identidad sexual. Priscilla tenía catorce años cuando tuvo su primera experiencia sexual con otra niña. Se besaron y se tocaron los pechos inocentemente, «pero el cálido hormigueo entre mis piernas era muy real», dice Priscilla, y «aunque no ocurrió nada más, este suceso sigue muy presente y es la base de una fantasía recurrente».

Al ser los primeros pasos en nuestra propia sexualidad y hacia la independencia de las reglas paternas, estas tempranas experiencias sexuales tienen la emoción de lo prohibido y pueden tener en la memoria una energía explosiva, que dure toda una vida. Lo más normal es que nada vuelva a ser tan excitante como aquel primer despertar. Si ha sido con alguien del mismo sexo, puede ser un recuerdo muy querido, como les ocurre a muchas mujeres de este capítulo, o puede conservar para siempre su original «excitación y sentimiento de culpa», como ya hemos visto.

Parece que para las mujeres es mucho más fácil que para los hombres vivir con el recuerdo de sus juveniles experiencias sexuales con gente de su mismo sexo. Para muchos hombres, los primeros encuentros sexuales con otro chico, más que recuerdos excitantes con los que crear fantasías adultas, son una pesadilla. Y por muchas mujeres que el hombre seduzca o por muchos años que hayan pasado desde aquel incidente infantil, la etiqueta puede permanecer indeleblemente grabada en la memoria: «homosexual».

El joven muchacho puede no saber nada de la homofóbica preocupación de nuestra sociedad, pero lo aprende con rapidez y se etiqueta a sí mismo. Tomemos por ejemplo un artículo del New York Times publicado en 1984 y titulado «Fantasías Sexuales: ¿Cuál es su significado oculto?» En el artículo, el escritor se refería a un escrito de la American Psychoanalytic Association.



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